miércoles, 13 de marzo de 2013

ZEN: CONÓCETE A TI MISM@ PARA MEJORAR EN TODO




Con frecuencia observamos alusiones a la mezcla de dos o más disciplinas en una sola. Dichas simbiosis, no es que vayan a ser nocivas pero tampoco deben entenderse como panaceas. Tal es el caso que nos ocupa hoy.
 El Zen es por si solo un hito  importante en el esfuerzo del ser humano por conocerse a si mismo.
Por eso cuando vemos titulares como ZEN-Shiatsu y similares... pues bien, debe ser eso esfuerzos de integración, que no están mal por otra parte pero a cada cosa su espacio y nombre. Solo así podemos sacarles su verdadero jugo.


El zen es una escuela del budismo mahāyāna. La palabra zen es la pronunciación en japonés de la palabra china chan (禪), que a su vez deriva de la palabra sánscrita dhiana, que significa ‘meditación’. Cabe destacar que el maestro japonés Daisetsu Teitaro Suzuki iguala el dhiana con el zazen1 (en chino 坐禅 zuòchán, ‘meditación sentado’).

Apartándose del conocimiento teórico o intelectual, el zen busca la experiencia de la sabiduría más allá del discurso racional. Las enseñanzas de zen incluyen varias fuentes del pensamiento mahāyāna, incluyendo la literatura Pragñá-paramitá como el Pragñá-paramitá-sutra y las enseñanzas de Yogacara y de la escuela tatha-gata-garbha.

El zen emergió desde distintas escuelas de budismo y fue registrado primero en China en el siglo VII, luego se dispersó hacia el sur a Vietnam y al este a Corea y Japón. Tradicionalmente se da el crédito de traer el zen a China a Bodhidharma, un príncipe convertido en monje proveniente de la Dinastía pallava (de India del Sur), que llegó a China para enseñar una «transmisión especial fuera de las escrituras, no encontrada en palabra o letras».

El zen es una de las escuelas del budismo más conocidas y apreciadas en Occidente. Con el popular nombre japonés zen suele aludirse en realidad a un abanico muy amplio de escuelas y prácticas de este tipo de budismo en toda Asia.

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  • El movimiento Zen esta libre de dogmas y nos puede ayudar a llevar una vida más rica y relajada, más compasiva y básicamente mas feliz. Puede ser una excelente forma de superar los problemas emocionales que muchas veces padecemos.


En la meditación Zen se enseña a los practicantes a focalizar su atención sobre los conceptos de shiy kan que significa “detener” y “visión objetiva” respectivamente. El shi no puede surgir si no se mantiene una postura que mantenga la mente alerta y el cuerpo relajado. Muchas veces resulta incomodo mantener una misma posición durante un largo periodo de tiempo, con la práctica el cuerpo se acostumbra y encuentra por si mismo la postura Zen más conveniente.

Acerca del kan podemos decir que está siempre presente en nuestra mente pero no puede distinguirse porque se oculta tras el movimiento de los pensamientos. Las primeras experiencias del kan suelen relacionarse con la respiración, el control de la respiración es un paso fundamental en el intento de lograr una visión objetiva del ser como unidad.

La mente está en constante movimiento y llegar a conocer la realidad interna en medio de todo ese movimiento es como intentar pintar un cuadro de un paisaje desde un tren que viaja a gran velocidad. Gracias a la meditación Zen nuestra mente aprende a aquietarse, conservándose como una unidad sin importar lo que ocurra en el mundo exterior.


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