La ozonoterapia, originaria de Alemania, es una técnica que tiene más de siglo y medio, y se basa en los efectos positivos del ozono en el organismo. El gas actúa como antioxidante, estimulando los glóbulos blancos del cuerpo, y ayudarlos así a combatir agresiones externas como las infecciones. Esta técnica es usa con frecuencia en situaciones en las que la medicina alopática no logra obtener los efectos deseados. El ozono produce cambios químicos terapéuticos al entrar en contacto con el organismo. Cuando se va a utilizar con propósitos medicinales, el oxígeno se mezcla con el ozono; esto se logra con el paso de oxígeno puro a través una descarga eléctrica de alto voltaje y alta frecuencia. Esta reacción química produce un gas que contiene distintas concentraciones de ozono, dependiendo siempre de la patología y el tratamiento a realizar.
Cuando la mezcla hace contacto con la sangre, reacciona con los ácidos grasos insaturados, volviéndolos ozónidos, y luego en peróxidos, favoreciendo la oxidación celular y fortaleciendo el sistema inmunológico. Por otro lado, el hierro de la sangre actúa como catalítico, reacción que hace que la hemoglobina libere más oxígeno en el torrente sanguíneo. Las personas que sufren de migrañas y dolores crónicos han encontrado en la ozonoterapia un importante remedio, mejorando en forma considerable su calidad de vida.
La ozonoterapia es considerada una cura porque mejora íntegramente el metabolismo, y la circulación sanguínea mejora en aquellos tejidos que han sido afectados. Mejora también el transporte de oxígeno y la dotación de energía a las áreas inflamadas.
Detecta las células mutágenas que podrían llevar a producir cáncer o enfermedades autoinmunes. Se considera un excelente germicida porque elimina virus, bacterias y hongos.
Se aplica con éxito en enfermedades como el Parkinson, esclerosis cerebral, hernias discales, poliartrosis, varices, colon irritable, gangrena, fisuras y fístulas anales, infecciones genitales y hemorroides.
Contraindicaciones :
Aunque la ozonoterapia no presenta, generalmente, contraindicaciones ni efectos secundarios, es desaconsejable su uso en personas que hayan recibido un trasplante de órgano o tejido de otra persona, debido a que el sistema inmunológico del organismo podría atacar el trasplante.
Tampoco resulta conveniente su uso en casos de hipertiroidismo y embarazadas debido no tanto a la terapia en sí sino en una forma inadecuada de aplicaciones.
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